Es una gran bendición poder adorar a Dios en familia. Es un sueño que muchas familias ya han visto hecho realidad y otras siguen esperando en Dios para verlo pronto.
El salmista dice:
“Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.”
Salmos 100:4
Esta palabra nos enseña que para entrar en la presencia de Dios debemos tener un corazón agradecido. A nuestros hijos desde muy pequeños, cuando apenas comenzaban a hablar, les enseñamos a orar dando gracias; y recuerdo que una de las primeras vacaciones que tuvimos fueron tan especiales que al regresar de ellas, nuestros hijos daban gracias a Dios todos los días por esas vacaciones. Pensamos que daban gracias porque la habían pasado demasiado bien, pero nos dimos cuenta que Dios nos estaba dando como familia el sello de la gratitud, pues de ahí en adelante no solamente en las vacaciones, sino que a diario y por todo, la oración que sale de la boca de nuestros hijos y de nuestra boca, siempre inicia dando gracias. Nuestros hijos han crecido y siguen iniciando su oración de la misma manera, dando gracias; y cuando los escucho recuerdo las oraciones de ellos cuando eran pequeños y aprendo una gran lección, que la gratitud del corazón de un niño nunca la podemos perder, la admiración por Dios siempre la debemos expresar, nuestras alabanzas siempre deben escucharse por lo que él ha hecho y por lo que hará.
“Nuestro sello al entrar en la presencia de Dios debe ser la gratitud y la alabanza”
Es un regalo de Dios tener una familia con la que podamos orar, ayunar, estudiar la palabra juntos, adorar, cantar y servir en la iglesia. Tu has sido llamado a tener una familia así, y podrás conquistarla en oración y entrando con ellos por las puertas de la presencia de Dios dando gracias a Dios por todo.
Hoy doy gracias a Dios porque me ha dado una familia que es más de lo que soñé, todos servirnos a Dios con los talentos que Él nos ha dado y cada vez que nos unimos a orar nos deleitamos mirando con los ojos de la fe a Jesús y expresándole nuestro amor y nuestra gratitud en familia.
JOSUE 24:15
“pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”
El salmista dice:
Salmos 100:4
“pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”